Mi depresion y mi ansiedad

DEPRESIÓN: es un trastorno mental caracterizado fundamentalmente por un bajo estado de ánimo y sentimientos de tristeza, asociados a alteraciones del comportamiento, del grado de actividad y del pensamiento.

ANSIEDAD: Preocupación y miedo intensos, excesivos y continuos ante situaciones cotidianas. Es posible que se produzca taquicardia, respiración agitada, sudoración y sensación de cansancio.

Todos en algún momento nos hemos sentido deprimidos, eso es hasta cierto punto normal cuando hay una causa, llámese pérdida de un ser querido, tener alguna situación como bajas calificaciones, no obtener el empleo deseado, no conseguir llamar la atención de la persona que te gusta, no poder ir a algún lugar por causas económicas o tus padres no te lo permiten y un infinito etc.

La depresión patológica es cuando no hay algún motivo por el cual te debas sentir deprimido, allí es cuando deben encenderse las alertas, porque estar deprimido por más de dos semanas sin ningún motivo y que esta depresión llegue a interferir con tu vida cotidiana ya es anormal, tener sentimientos de perdida, ira, frustración, tristeza, decaimiento, apatía, desesperanza, impotencia, irritabilidad, ya nos indican que algo no está bien y muy probablemente nuestros niveles de cortisol, adrenalina, noradrenalina y dopamina estén totalmente descontrolados, esto ya nos da la pauta para saber que no es una depresión momentánea sino algo patológico, es una enfermedad desde el momento en que vemos que varias hormonas están fuera de sus niveles normales, es absurdo que te digan: Pues no te deprimas, deberías estar feliz (aquí es cuando mis ojos se ponen en blanco).

Obviamente, no estás deprimido porque quieres, es algo que no se puede controlar, es como decir: fíjate que estoy anémica y que te digan: pues no lo estés, obviamente no le puedes decir a tus glóbulos rojos que se apuren a producirse, hay que buscar la causa de la anemia, alguna mala alimentación, alguna hemorragia que no has detectado etc. y tomar medicación y mejorar tu alimentación por prescripción médica. Para la depresión es lo mismo, hay que ir al psiquiatra para que vea que está funcionando mal y te dé tu tratamiento para que esas sustancias se normalicen y puedas sentirte bien.

No, no estás loco por ir a un psiquiatra, al contrario, estás tomando una medida adecuada.

La ansiedad, de igual manera, es algo normal cuando esa ansiedad (valga la redundancia) está causada por algo cotidiano, por ejemplo vas a una entrevista de trabajo y estás ansioso o vas a ir a un viaje o vas a conocer a alguien o vas a tener un examen, aquí sigue otro largo etcétera y cuando la ansiedad es normal nos pone en estado de alerta para funcionar de una mejor manera.

Pero la ansiedad se vuelve patológica cuando es desproporcionada, nos sentimos fatigados, nos da insomnio, sentimos náuseas, taquicardia, miedo, nos paralizamos, no logro mas entrar en control, sentimos literalmente que nos vamos a morir, tenemos dificultad para respirar, sudamos etc.

La ansiedad patológica también requiere que vayas con un psiquiatra y él determinara que tipo de tratamiento requieres, ya sea psicológica o farmacológica.

Toda la vida me han dicho que soy negativa, desde mi muy particular punto de vista siempre me he considerado realista, cuestión de enfoques.

Muy recientemente he tenido episodios de ansiedad y depresión y me he cuestionado si realmente necesito ir a un especialista, no soy muy partidaria de tomar medicamentos a menos de ser realmente necesario, es decir, si tengo una infección obviamente no voy a negarme a tomar antibióticos y cuando me dio covid inmediatamente tome antipiréticos, sufro de migrañas y sé que cuando siento que viene un episodio tomo analgésicos, prescritos ya que yo soy química y no médico.

Analizando mi situación tengo uno y mil motivos para deprimirme, mi padre falleció , estoy lejos de mi familia, la situación laboral y económica no es buena, aquí donde vivo no tengo amistades, la barrera del idioma es abrumante, la comida es pésima y aquí viene otro largo etcétera. Pero si me preocupa que de la nada me pongo mal, se me salen las lágrimas y me caigo mal.

Lo que me asusta más es la ansiedad, tres o cuatro veces a la semana tengo insomnio, pienso estupideces, pero el último ataque si me asusto, yo juraba que iba a amanecer muerta, que si me dormía amanecería muerta, o me daba un infarto o me daba un derrame cerebral, tenía opresión en el pecho, dificultad para respirar, pensé: me tomaré una aspirina por si es un infarto, pero luego dije; y si es un derrame la aspirina es anticoagulante, no sé a que horas me quede dormida, pero desperté, obviamente no me morí, pero fue agotador, amanecí excesivamente cansada y con los músculos del cuello como piedra, las quijadas trabadas lo cual varias veces al día me doy cuenta de que estoy apretando las quijadas e intento no hacerlo.

Para la ansiedad estoy tratando de aprender a respirar cuando me da uno y de relajarme, es difícil, una lucha mental contra ti mismo.

Yo no sé en que va a parar mi depresión y mi ansiedad, pero el estar consiente de que están allí es el primer paso para hacer algo.

Si alguno de ustedes tiene cualquiera de los dos, no haga caso omiso de ello, atiéndanse, porque no es nada agradable, en algún momento de lucidez intenten pensar en que las personas que los aman y que están alrededor de ustedes sufrirían si ustedes llegaran a faltar, obviamente todos somos finitos, tarde o temprano no cargará el payaso, pero no es natural buscar la muerte, les aseguro que ella llegara cuando sea el momento.

Cuídense, quiéranse y atiéndanse.

He dicho.

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Dejalo ir

Comúnmente cargamos cosas en nuestra espalda, metafóricamente hablando, me refiero a culpas, remordimientos, estrés, agotamiento espiritual, responsabilidades, sueños rotos, metas no alcanzadas, proyectos no concluidos y un largo etcétera.

Lo ideal sería deshacernos de esas cargas para llevar una vida más saludable, más plena, más completa y tener paz, sin embargo, le echamos más leña al fuego y aumentamos día a día esa carga, un poco de aquí, otro poco de allá y de un momento a otro se convierte en algo físico, tangible.

Dolor de espalda, generalmente en la parte alta, dolores de cabeza o migraña, ansiedad por comer o inapetencia, insomnio, ataques de ansiedad, depresión, gastritis, colitis…

Y las personas te dicen, Dejalo ir, ¿pero qué tan factible es eso? ¿Como deshacerte de todo eso? ¿Como dejar de pensar, de preocuparte? Parece una misión imposible, mi padre decía: ¿tienes un problema? Resuélvelo y si no tiene solución no te preocupes. Carajo, eso suena bien, pero ponerlo en la práctica es lo difícil.

Dar el primer paso es lo más difícil, es decir, tengo un trabajo que no me satisface, pero paga mis deudas y allí estamos, infelices, sin ganas de ir a trabajar, trabajando sin ganas, deseando ir a casa y amargados, lo ideal sería buscar otro trabajo, pero cómo? Es difícil, lo sé, porque lo he vivido, y cuando lo viví empece a ver posibilidades, buscando empleos que llenaran mis expectativas, amo ser química clínica y estar de directora académica, no era mi ideal, cuando encontré un puesto de química renuncie al de directora académica, ganaría menos, pero lo suficiente y no hubo un solo día que me quejara de ir a trabajar porque era lo que me gustaba y disfrutaba,

Pero hay cosas que no son tan fáciles de resolver, más aún cuando hay terceras personas involucradas o cuando tus capacidades son insuficientes, hoy día me enfrento a un problema grave, me tiene casi muerta en vida porque en realidad no es un problema, son muchos, en una madeja enredada que me impide actuar asertivamente y pensar con claridad, por eso me puse a escribir, buscando aterrizar mis ideas que pasan en un flashback interminable y caótico por mi única neurona, causando un corto circuito intermitente.

En febrero mi padre murió y quede desolada, se me fue mi apoyo y mi consejero, eso no tiene remedio, no es un problema en consecuencia y debo asumir la perdida y su ausencia. Pero esto no es fácil, la resignación no llega y lo único que me queda es esperar a hacerme a la idea que no lo volveré a ver, ni a escuchar, ni a sentir.

Desde noviembre del año pasado me quedé sin la paciente que tenía por casi 4 años, desde entonces solo he trabajado un día con alguien, un mes con otra persona, un fin de semana, etc., lo que caiga es bueno, pero necesito estabilidad y no me han dado ningún caso fijo por lo que ando del tingo al tango tratando de completar la cantidad que requiero para solventar mis gastos mensuales con lo cual no hay noche que no tenga insomnio ni día que no tenga ataques de ansiedad.

Podría trabajar en otra cosa, pero hay un grave problema, estoy en un país donde si no hablas inglés se te cierra un mundo de posibilidades y carajo, no logro aprender el idioma, claro que me esfuerzo y mucho, pero sin duda this language is very difficult for me, sé cuáles son mis limitaciones en cuestión de aprendizaje y capacidades y eso contribuye a mi depresión y ansiedad; sin embargo, no tengo opción de rendirme y tengo que buscar la manera de salir de esta. Tengo que levantar mi viejo trasero de esta cama y buscar trabajo, esa es la única solución.

Necesito dejar ir muchas cosas, soltar, salir de mi supuesta zona de confort y no dejar que el miedo me paralice. Pero estoy aterrada, con ganas de llorar, son ganas de rendirme, con ganas de no moverme, de no respirar, de no abrir los ojos, de correr hasta caer rendida, de dejar que la vida se vaya y no despertar, de no hacer nada, pero no puedo, no debo, no es una opción.

Déjalo ir, me repito a cada paso, deja de sentir lástima por ti, deja de sentirte inútil, de sentirte incapaz, de sentirte débil, torpe, cansada y derrotada, quita esa carga de tu espalda, porque ya se convirtió en algo físico, ese dolor de espalda, de cabeza, ese cansancio, ese desgano y esa desesperación deben irse y debo dejar de procrastinar.

Mi mantra debe ser: Déjalo IR, Déjalo IR , Déjalo IR    hasta que lo logre

El primer paso es el más difícil, debo encontrar el equilibrio, caer y levantarme de nuevo hasta que logre mantenerme en pie y dejar atrás el fracaso y la duda, dar pasos firmes porque solo así lograré llegar a donde necesito llegar…

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LA SOLEDAD

Los seres humanos somos sociables por naturaleza, tal vez me dirás que eres antisocial, pero lamento decirte que no es así, solo eres selectivo, es decir, las pocas personas con las que te relacionas tienen características muy específicas, si realmente fueras antisocial estarías viviendo en un lugar lejano, evitando todo contacto humano posible, no redes sociales, no modernidad, no nada.

Y esa persona que esta allá, lejos de todos no esta solo, porque la soledad no es el aislamiento, es mucho más, la soledad no tiene nada que ver con la ausencia de otro ser humano, la soledad es no tener a quien contarle las cosas o en quien confiar, por lo que podría aventurarme a decir que la mayoría estamos realmente solos, y podrías decirme que esa persona que vive sola allá lejos, sin contacto humano esta solo porque no tiene a quien contarle sus cosas, pero no es así, porque esa persona es feliz así, con su propia compañía, con sus pensamientos, sin los problemas cotidianos que nos agobian, sin la angustia de saber si lo aman o no, sin la necesidad de vestir bien, de tener el celular de última generación, sin aparentar estar bien y sin sufrir por la ausencia de nadie.

Soledad es cuando vives en una sociedad indiferente, no importa que estés rodeado de miles de personas, que seas superpopular, que estés casado/a o en una relación.

Soledad es que no tienes a quien contarle las cosas que te afligen a alguien porque seguramente lo tomaran como una queja, o no poder hablar abiertamente de algo porque todo lo que digas será usado en tu contra en algún momento, es quedarte callada/o la mayoría de las veces porque si dices lo que piensas sabes que un comentario mordaz u ofensivo será la respuesta, es escuchar y apoyar a alguien aunque te cuente lo mismo o no salga del mismo tema una y otra vez y cuando es tu turno de desahogarte hablas al aire porque los sentidos de la otra persona están el celular o en la TV o en su mundo porque todo gira alrededor de ella o él y si no es el tema que le interesa no tiene importancia escuchar.

La soledad es comprender que no tienes en quien confiar, en quien apoyarte, que debes ocultar tus lágrimas y tus sentimientos para no molestar, que debes esperar a estar solo para dejar fluir el llanto, que no hay empatía ni soporte, que estás realmente solo y envidias a ese ermitaño que vive lejos de todo porque él no esta solo, él se tiene a sí mismo y tú no, porque él se encontró y tú estás perdido/a en un laberinto de apoyar, escuchar, amar sin recibir un poco de lo que das a cambio, vives en una lucha interna en la que tu razón te dice que hagas lo que hagas no servirá para que esa persona que te importa se interese en ti y la parte retardada mental que te dice: apóyalo/a, escúchalo/a, ámalo/a y tal vez algún día él o ella te corresponderá de igual manera, aun cuando sabemos que eso jamás pasara.

Soledad es cuando sabes que no tienes en quien confiar, a quien contarle tus angustias y tus miedos y tu tristeza porque una mueca de fastidio se dibuja automáticamente en su rostro. Soledad es no encontrarte a ti misma, no cuidarte, no amarte, no escucharte, no respetarte, no aceptarte. Cuando aprendas a hacer todo lo anterior dejaras de estar solo/a…

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El dolor de perder a mi Padre por covid

Cuando empezó esta pandemia me horrorice al ver tantas muertes, la opresión en mi pecho crecía por la preocupación de que mi familia fuera afectada, meses de terror, fastidiando a los míos con: usa cubrebocas, usa gel, no salgas, no te expongas, ten cuidado y yo misma cuidándome en extremo para no darles el dolor de mi muerte.

Llegaron las vacunas y una leve esperanza, aun así, como química clínica, sabía que no eran infalibles y que si bien, nos daban una cierta protección, no evitaban el contagio y que solo podían reducir un poco los síntomas y tal vez la probabilidad de una hospitalización, pero que una persona con condiciones preexistentes como, diabetes, hipertensión, asma, VIH, problemas cardiacos, obesidad mórbida, enfermedades autoinmunes y cualquier otra enfermedad en que la persona tenga su sistema inmunitario bajo, seguían siendo las víctimas principales del covid.

Mi angustia no disminuyo, más aun teniendo a mis padres ya mayores y con algunas condiciones médicas que los ponían en mayor riesgo, sin duda esta pandemia nos ha robado la tranquilidad.

Mis padres se pusieron las dos dosis y la tercera de refuerzo, pero de nada valió, en enero ambos adquirieron el virus y mi corazón se desbordó, ya no supe lo que era dormir y el estómago hecho nudo apenas podía dejar pasar alimentos, más aun yo estando en New York y ellos en Sonora México me sentía impotente y desesperada, mi madre, gracias a Dios no tuvo complicaciones, pero mi padre cada vez estaba peor y se inició un calvario, mis hermanos, mi madre, mis hijos, mis sobrinos y yo teníamos el alma en un hilo, llego el punto en que su oxigenación estaba muy baja, se le puso oxígeno en casa, pero no subía y hubo que hospitalizarlo.

Nunca en mi vida había llorado tanto, se me desgarraba el alma pidiéndole a Dios que mi padre mejorara, que no se lo llevara, que necesitaba abrazarlo y verlo de nuevo, lo pedía desde lo más profundo de mi ser y había días que nos decían que subía la oxigenación y al siguiente bajaba, mi pobre viejo luchaba con todas sus fuerzas, no hubo manera de evitar la intubación, y los primeros dos días subió la oxigenación, pero el tercer día cayó y el día jueves 17 de febrero mi viejo dejo de luchar y se fue.

No sé ni como explicar lo que sentí, un vacío enorme, no llore, simplemente no sabía que estaba pasando, estoy segura de que mi corazón se detuvo en ese momento y se rompió literalmente, mis manos temblaban y me puse a buscar un vuelo, pero mi cerebro no daba señales de actividad, todo se detuvo a mi alrededor y me costaba pensar, hable a mi agencia para notificar y avisar que no iría a trabajar y volaría a México, conseguí un vuelo y trate de empacar, no supe que eche a mi equipaje de mano, me temblaban las piernas y me daba vueltas todo.

El día se tornó eterno, el vuelo interminable y la vida sin sentido y en mi cabeza solo tenía un: No te pude abrazar!.

Siempre fui muy unida a mi padre, si soy honesta, puntual y empática fue porque él me lo enseño, si era fuerte fue por él, si aprendí a defenderme fue por él, siempre me ayudo, me apoyo y me aconsejo, cuando casi estaba por rendirme y tirarme al piso derrotada él no me dejaba caer, me detenía antes de llegar al fondo, cada vez que me abrazaba se me reiniciaba la vida, me sentía protegida, cuidada y amada y como padre fue perfecto, más que perfecto, único, inigualable.

Cuando llegué a mi rancho fui a ver a mi madre, jamás la había visto tan pequeña, tan vulnerable, tan triste, no llore y todo lo demás fue como ver una película, todos sabemos que cuando las personas fallecen en el área covid no podemos verlas, aun así mi hermano lucho para que nos permitieran verlo, solo dos minutos y de lejos, en su bolsa negra solo su cara, sin poder tocarlo, el abrazo nunca llego.

¿Dónde estaban mis lágrimas? No lo sé, tal vez fue, por tanto que llore antes de su muerte, tal vez estaba en shock, tal vez tenía que ser fuerte por mi familia, no lo sé, solamente sé que el dolor era tan fuerte que apenas podía respirar, que todo era gris, aunque el día estaba soleado, que todo parecía irreal y triste, que las flores, los árboles, las aves, los olores no se sentían igual, la comida era insípida y el sueño había huido de mis ojos.

En dos días se cumplirá un mes que mi padre dejo de existir y me parece una eternidad, apenas empecé a llorar a ratos, cuando recuerdo como me gustaba revisar sus manos llenas de callos y cicatrices, sus dedos gordos y como en ocasiones se sacaba alguna astilla para que yo viera, cuando recuerdo que llegaba cansado del trabajo y yo le quitaba sus botines y masajeaba sus pies, cuando me decía que le rascara su espalda y me decía que con fuerza y le quedaba roja y él decía que apenas así le gustaba, cuando recuerdo sus chistes y cuando se reía de cosas que mis hermanos o yo habíamos hecho alguna vez, cuando lo recuerdo con su guitarra y cantando, cuando me contaba sus historias de vida, sus travesuras de niño, cuando recuerdo su olor, tan alto, tan fuerte, su manera de caminar metiendo un pie, cuando se carcajeaba arqueaba sus cejas, cuando lo regañaba porque sorbía la sopa y él decía que si no la sorbía no sabia buena, podría llenar cien páginas con los recuerdos y ni aun así podría plasmarlo todo.

Tengo el corazón roto, el alma vacía, la vida es gris, siempre he estado consiente de que el ciclo de la vida es así, todos vamos a morir, pero, por muy consientes que estemos de eso nada nos puede preparar para la ausencia definitiva de alguien a quien amamos, nada, no hay consuelo, no hay reposo, no hay resignación, no hay paz ni tranquilidad, no hay forma de que nos resignemos a no escuchar su voz, a no verlo, a no abrazarlo, a no olerlo a no tenerlo, perder a alguien es increíblemente doloroso, de una manera que no logro explicar, no existen palabras que puedan expresar lo que realmente siento, este dolor en el corazón será perenne, para el resto de mi vida.

Sé que él es afortunado, ya no sufre, los que creemos en Dios tenemos la esperanza de que él ya trascendió y está más cerca de él que nosotros, los que no creen que haya algo más allá de la muerte igual deben pensar, que al ya no tener vida ya no hay dolor, no es por el que sufro, es por mí, por la necesidad imperiosa de verlo, de oírlo y de sentirlo, de saber que ahora ya no se a donde voy a correr cuando sienta que ya no puedo más, que cuando esté cayendo ya no está él para evitar mi caída y que estas ganas de dormir por sentirme tan cansada no llegan, el sueño escapo de mis ojos, que el sol no me transmite calor, que la comida sigue insípida y el hambre no llega a mi boca aunque mi estómago se queje, la música ya no suena tan bien y esta apatía amenaza con quedarse conmigo para siempre.

¿Cuántas personas estarán como yo? Sin tener el cierre que la vida antes de la pandemia nos permitía, el poder besar y abrazar, aunque sea un cuerpo sin vida, el poder cuidar a nuestros enfermos que estaban hospitalizados y acompañarlos en su último suspiro tomándoles la mano, cuanto nos han robado, cuanto dolor, cuanta impotencia y frustración y seguimos aquí sin verle fin a la pesadilla…

Te amo viejo, mi querido viejo

CUANDO PERDI LA FE

Quienes me han leído a través de los años saben que yo era una persona con una fe ciega, siempre confiaba, siempre agradecía, siempre, aun en mis momentos más oscuros me aferraba a nuestro Dios.

Un día emigre, deje todo en México y llegue aquí, a un terreno hostil donde perdí lo poco que me quedaba de ingenuidad, ¿a qué me refiero? A que yo, en mi pequeño mundo, sabía que había gente envidiosa, traicionera, desleal, pero al pararme en esta ciudad llegue a las ligas mayores de la falsedad.

En un país, donde no conozco a nadie, donde no tengo idea del idioma, me enfrente a una nueva realidad.

Mi país es violento, sin duda tomado por el narcotráfico estamos siempre en riesgo de alguna desgracia, sin embargo, la gente común sigue siendo amable, te dan los buenos días, sin conocerte charlan contigo, si pides indicaciones para llegar a un sitio, si no lo saben al menos intentan ayudar, te sonríen, te dan las gracias, en fin, yo sigo pensando que la mayoría es gente buena y sencilla, claro que hay excepciones, pero como dije antes, la mayoría aún es empática.

Llegar a Nueva York ha sido duro, que la gente no te diga ni los buenos días, te ignoren, te vean con desprecio aun cuando no le has hecho nada, solo por el hecho de ser mexicana, algunas veces necesite ir a algún sitio y mi esposo no podía acompañarme por su trabajo, si le preguntaba a alguien en español siempre me decían “i don`t speak spanish” con cara de asco, yo entiendo que mucha gente acá son de descendencia hispana pero nacidos aquí y, por lo tanto, aunque tengan cara de nopal no hablan español, pero después de 5 años aquí me di cuenta que si hablan español, pero prefieren decirte que no para humillarte, para no ayudar, para sentirse más que tú. Hoy en día, que he aprendido lo más básico para preguntar en inglés y no sentirme tan imbécil todo mundo me habla en español (imaginen mi cara de: no mames).

Todo mundo piensa que aquí es la octava maravilla, el primer mundo, a wonderfull world, pero no es así, tiroteos, gente que te empuja a las vías del subway, gente que te suelta un golpe cuando vas caminando tranquilamente, te atropellan de la nada, te insultan, gente asesinando a sus hijos, botándolos por las ventanas de sus departamentos, cuerpos pudriéndose en sus casas y que pasan semanas para darse cuenta de que alguien fue asesinado o murió y que ya cuando el olor es insoportable es que avisan, apatía, crueldad, la regla es andar siempre alerta, no voltear a ver a los niños, mucho menos sonreírles porque los padres se molestan, no ver a sus mascotas, no tocar a nadie ni por accidente y si por descuido lo haces decir: i`m sorry más rápido que inmediatamente porque si no, casi que te asesinan.

Fui perdiendo la fe, me convertí en una amargada y ver las noticias cada dia me hacía llorar, que si dejaron niños abandonados y murieron de hambre, que si botaron a dos gemelitos por una ventana como si fueran basura, que la pareja de una mujer asesino a un niño porque lo odiaba, pero antes lo golpeo y lo violo con un cepillo de dientes y así, la lista sería interminable y yo decía: porque permites eso Dios mío, como es posible tanta maldad, tanta indiferencia, tanta crueldad y renegué de Dios, negué su existencia y me enoje con ese ser que para mí ya no existía.

Soy una lectora asidua desde que aprendí a leer, todo lo que llegaba a mis manos que tuviera letras lo devoraba inmediatamente, llegaron a mi vida algunos libros que me devolvieron esa fe y que me hicieron entender, en mi escasa inteligencia, muchas cosas y vi a Dios de otra manera.

Es difícil plasmarlo en letras, pero lo intentaré con un ejemplo que podría parecer algo absurdo, pero para mí es mi forma de lograr entender algunas cosas.

Imagine a Dios como si fuera mi padre, él me engendro y nací, creo que todos nacemos perfectos, ustedes dirán que hay niños que nacen con defectos genéticos, sin embargo nuestros padres no tienen control sobre eso y ustedes pensaran que Dios si tiene control, estoy de acuerdo con eso, pero también creo que si alguien nació así es por alguna razón que nosotros, en nuestro limitado entendimiento no logramos discernir, en fin, nací y era perfecta, mi padre (Dios) me mostró lo que es bueno y lo que es malo, creo que más o menos a los 5 años empezamos a distinguirlo, sabemos que matar no es bueno, que robar no es bueno, que mentir no es bueno y conforme crecemos entendemos cada vez más la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto y entonces nosotros tomamos la decisión de hacer o no hacer, tenemos la guía y la decisión de hacer lo correcto o lo incorrecto la tomamos nosotros

Nuestro padre puede reprendernos, tratar de corregirnos, enviarnos señales de que debemos enderezar el camino, pero la decisión de hacerlo o no, es nuestra, de nadie más, nadie, ni tan siquiera nuestro padre puede obligarnos a nada porque existe el libre albedrío.

Y somos tan estúpidos y arrogantes que cuando hacemos algo malo culpamos a nuestro padre, en este caso a Dios, cuando los culpables somos nosotros mismos, somos responsables de nuestras acciones, solo de las nuestras no de lo que hagan los demás y muchas veces sufrimos por la maldad de otras personas y culpamos a su padre (Dios) no obstante su padre no le dijo a ese hijo que fuera malo y que nos causara daño, ese hijo es el único responsable de su maldad.

Siempre tratamos de culpar a los demás de lo que nosotros hacemos mal y tratamos de deslindar nuestra responsabilidad y quedar como los buenos, pero lo cierto es que somos responsables absolutos de nuestras acciones, si mentimos, asesinamos, robamos, violamos etc., eso tendrá consecuencias y no es culpa de nuestro padre es culpa nuestra, el daño que le hicimos a alguien es nuestra culpa y no la de nuestro padre.

Y entonces recuperé la fe y entendí que esos que matan, violan, golpean, niños lo hacen porque quieren, no vino Dios y les dijo que lo hicieran y esos niños o personas inocentes que sufrieron por culpa de un ser malvado fue por ese ser malvado y no por culpa de su padre. Tal vez es muy absurda mi analogía, pero es lo que mi escasa inteligencia me permitió entender y recuperar mi paz y entonces ya no me enojo con mi padre, me enojo con esos asesinos, golpeadores, violadores, con esas personas malvadas que abundan en este mundo.

Perdí mi fe y después la recuperé, eso le da paz a mi corazón y tranquilidad a mi alma, no me vuelve ingenua, al contrario, ahora me cuido aún más de la gente porque muchos seres malvados van por el mundo con una máscara de buena gente.

¿Y tú, aún tienes fe?

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La culpa

CULPA: Responsabilidad o causa de un suceso o de una acción negativa o perjudicial, que se atribuye a una persona o a una cosa.

Imputación que se realiza a alguien por una conducta que generó una cierta reacción

Vivimos en una sociedad en la que tenemos la tendencia a culpar a las demás personas constantemente, nos parece algo muy natural señalar con el dedo a cualquier persona y culparla de miles de cosas y peor aún, nuestra cultura nos ha enseñado a culparnos a nosotros mismos de todo.

Caminamos por la vida con un enorme peso a cuestas, un costal lleno de sentimiento de culpa que generalmente se convierte en dolor físico, esa tensión en el cuello, ese dolor de cabeza, ese cansancio y apatía, esa tristeza, ansiedad y depresión es directamente proporcional al peso de las culpas que vamos acumulando al paso de los años y de las cuales, la mayor parte del tiempo no estamos consientes pero están allí, escondidas y causando estragos.

Nuestra sociedad nos educa así, desde niños nos hacen sentir culpas que no nos corresponden, nos dicen: mira, tu hermano se cayó por tu culpa, te dije que lo cuidaras o tú tienes la culpa de que te hagan bullyng en la escuela, o tú tienes la culpa de tener bajas calificaciones, nosotros, los adultos deberíamos tener conciencia de que un niño no puede cuidar a otro niño, apenas si se puede cuidar solo, que el bullyng no es culpa nuestra sino del que lo hace, ellos son los que están mal educados, que no somos genios y que en ocasiones hay maestros que son nefastos.

En la adolescencia se nos enseña que debemos vestirnos recatadamente porque si no, será nuestra culpa que nos falten al respeto, si un maestro, compañero o alguien en la calle nos falta al respeto seguro será nuestra culpa, si al entrar a la edad adulta alguien nos acosa seguro será nuestra culpa por como vestimos o actuamos, no debemos ser amigables porque puede malinterpretarse y será nuestra culpa si nos acosan, al casarnos si nuestro marido nos engaña seguro fue nuestra culpa por no atenderlo bien, al tener hijos seguro será nuestra culpa si son rebeldes o al crecer se van por el mal camino.

Y así podríamos seguir con uno y mil ejemplos por los cuales se nos culpa y al final nosotros ya no necesitamos que nadie nos culpe, ya lo hacemos de manera natural, nos culpamos a nosotros mismos por todo y toda esa culpa se acumula y se transforma en dolor físico y en dolor espiritual y cuando menos lo pensamos se convierte en depresión y ansiedad.

He pasado la mayor parte de mi vida sintiendo culpa, pero la edad y el pensar me ha hecho entender que no es mi culpa, si me daban mis chanclazos en mi infancia estoy segura de que el 50 % de las veces no fue mi culpa, si alguien me falto al respeto alguna vez no fue mi culpa, fue culpa de esa persona maleducada y prepotente, si me pusieron el cuerno no fue mi culpa, el que es perro lo será toda su vida, porque si ya no quieres a alguien es bien sencillo decírselo, terminar la relación y a otra cosa mariposa, eso de andar a escondidas con otra es mierda, es ganas de ser un hijo de puta, eso de: estoy con ella por mis hijos es pura cagada (si ya sé, me había tardado en ser mal hablada), porque cuando al fin llega el divorcio ni se acuerdan de que tienen hijos.

Ese sentimiento de culpa nos hace aceptar estupideces, porque en lugar de decirle a alguien:^¿ oye, que te pasa? ¿ Porque me faltas al respeto? Yo no te estoy provocando, o un:¿ sabe que (maestro, compañero de trabajo, jefe etc.) a que horas le di permiso de ofenderme? O oye esposo,¿ a ti quien te dijo que soy tu sirvienta y que el sexo es obligatorio y solo cuando tú tengas ganas? ¿Quien te dijo que tienes libertad de ir a intimar con otras mujeres y traerme el riesgo de una enfermedad?

No tenemos la culpa, en ocasiones llegamos a tal extremo que hasta descansar, tomar una siesta, leer un libro, salir a tomar un café con una amiga, tomar un baño relajante y un sin fin de cosas que deberían ser naturales nos causan culpa.

A los hijos se les cuida, se les educa y se les aconseja, cuando ya sean adultos serán responsables de sus actos y tendrán que asumir las consecuencias de tales actos, eso si, siempre seremos madres y siempre habrá un consejo y apoyo moral, tal vez económico, pero no culpa de que ellos hagan algo incorrecto, porque ya son adultos.

Me niego a sentir culpa, las acciones de los demás no son mi responsabilidad, de lo único que soy responsable son de mis propias acciones y asumo las consecuencias, primero yo, después yo y al último yo, pretendo deshacerme de toda culpa y asumir mis responsabilidades porque vida solo hay una y pasarla sufriendo y con remordimientos no es saludable.

Sin embargo no siempre somos inocentes y blancas palomitas, si eres un niño y te dicen: no hagas tal cosa (agarrar algo que no debes, robar, golpear a otro niño, irte a vagar sin decir a donde etc.) entonces si es tu culpa que te den un correctivo porque sobre aviso no hay engaño.

Si tu marido te engaña o es violento no es tu culpa, pero si es tu culpa si permaneces allí y lo dejas seguir abusando, no es tu culpa que te acosen, pero si es tu culpa si no lo denuncias y permites que siga sucediendo.

Debemos ser coherentes y analíticos y asumir cuando es nuestra culpa y cuando no y si es nuestra culpa hay que resolverlo y si no lo es, no acumularlo.

No es mi culpa ¿y tú?¿Es tu culpa?

PD.-I’m sorry
I can’t be perfect

NO TENGO LOS DERECHOS DE LA MUSICA Y DEL VIDEO

Madres buscadoras de Sonora

Las redes se inundan de felicitaciones, buenos deseos y amor. Pero en este día de celebración para millones de personas olvidamos a esa parte que hoy es un día muy triste.

Olvidamos a esas personas que no tienen nada que celebrar, aquellas a quienes desafortunadamente sus madres ya partieron de este plano, aquellas que nacieron pero crecieron sin el amor de una madre, ya sea porque fueron abandonados o sus madres murieron en el parto y olvidamos a aquellas que perdieron lo que más amamos, aquello que nos convierte en madres, aquellas que perdieron a sus hijos y dentro de este grupo hay uno muy especial, las Madres buscadoras de sonora.

Puedo imaginar el dolor de perder a un hijo, un dolor que jamas termina aunque pasen los años, un dolor para el cual no hay palabras que puedan describirlo en su totalidad, un corazón roto, desgarrado, que cada día sangra y que jamas cicatriza, un dolor que permanece por el resto de la vida y que nada ni nadie puede mitigar.

Pero hay un dolor aun más cruel, el de perder a un hijo y no saber donde esta, si vive o muere, que no hay en donde llorar, a donde llevar un ramo de flores, donde elevar una plegaria, donde hablar con él o ella, porque la crueldad humana no tiene limites y aun cuando les arrebatan la vida la maldad continua y desaparecen el cuerpo, los destrozan, los esparcen, los incineran evitando de esta manera que la familia tenga un cierre, el triste consuelo de poder enterrar a sus hijos, a sus corazones, a sus tesoros más valiosos.

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La gente juzga y condena sin saber, siempre hablan por hablar, son jueces y verdugos y salen con palabras crueles e insensibles diciendo que andaban en algo malo, que tal vez lo merecían, pero cualquiera con 2 dedos de frente sabe que no hay un motivo para tanta crueldad, porque hemos visto que se llevan a jóvenes para obligarlos a ser parte de ellos, al negarse los asesinan, algunos son confundidos con otras personas y aun cuando en ocasiones se dan cuenta pues ya que, lo asesinan, cuantas jovencitas que salieron a trabajar o a una reunión son abusadas, torturadas y asesinadas, cuantos niños secuestrados y que no queremos ni pensar en que habrán hecho con ellos, cuanto dolor, cuanta impotencia, cuanta injusticia.

Hoy siento todo el dolor de esas mujeres que no duermen, que han llorado tanto que creen que se les acabaran sus lagrimas pero no es así, porque vienen desde lo más profundo de su alma, siento esa frustración y esa impotencia de no saber donde buscar, de no encontrar y de querer arrancarse el corazón

A las Madres buscadoras de Sonora les envió un fuerte abrazo y mi deseo de que encuentren lo que buscan, a sus corazones, a su razón de vivir, a ese pedazo de carne que les arrancaron del pecho, bendiciones para ustedes, las respeto y las admiro y me inclino ante ustedes por su valor y perseverancia y me uno a su dolor. Son el más grande ejemplo de lo que es una madre en toda la extensión de la palabra, venciendo al miedo y soportando el dolor que podría paralizar al más valiente, ustedes lo toman y eso las hace ir a cualquier inhóspito lugar enfrentándose al horror de encontrar lo que tanto anhelan pero no de la manera que quisieran. Benditas Madres buscadoras de sonora

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Abuso sexual y psicológico

sadness of child

El abuso sexual es un tipo de actividad o contacto sexual en el que no das tu consentimiento. Un atacante puede usar la fuerza física o amenazas, o darle drogas o alcohol a su víctima para abusarla sexualmente. El abuso sexual incluye violación y coerción sexual.

El abuso psicológico es una forma de maltrato que sustituye los medios físicos por los emocionales, verbales y mentales.

No importa el genero ni la edad ni el estatus económico, todos estamos expuestos a sufrir abuso sexual o psicológico. Se dice que entre el 20 y 40% de la población ha sufrido alguno de estos abusos pero sin temor a equivocarme podría asegurar que el porcentaje es mucho mayor, al menos el doble, porque generalmente las personas abusadas no nos atrevemos a mencionarlo y esto se debe mayormente a la vergüenza y culpa que sentimos al haber tenido esta experiencia.

Yo tube un matrimonio de casi 20 años en los que sufrí ambos, mucho he escrito sobre eso y lo expuse en este blog día a día, pero no fue la primera vez que sufrí algo así, la siguiente experiencia solo se la he contado a unas cuantas personas, me sucedió cuando tenia 16 años y creo que hasta el día de hoy sigue siendo traumático, mas aun que haber pasado por 19 años de abuso, porque cuando me case yo ya era adulta y por eso no tuve ningún problema de exponer lo que viví, pero cuando sufrí el primer abuso fue devastador y me sentí aterrada por muchísimo tiempo

Yo tenia 16 años, mi vida hasta ese día había transcurrido feliz, con excelentes calificaciones en primaria y secundaria decidí arriesgarme y en lugar de entrar a una preparatoria común entre a una con carrera tecnológica ya que quería estudiar electrónica.No mencionare el nombre de la institución pero el sistema era excelente, si uno reprobaba una materia podía llevarla una segunda vez, pero me iba bastante bien, con una excepción, electrónica, por mas que me esforzaba siempre reprobaba aunque yo juraba que mis exámenes estaban excelentes, cabe decir que el maestro nunca me entregaba dichos exámenes, sinceramente no recuerdo si a los demás si. En la clase solo había unas cuantas mujeres, en los años 80s estaba catalogada esa carrera como exclusiva de hombres.

Este maestro era muy mayor, yo calculo que tendría unos 60 y algo de años y tenia la mala costumbre de acercarse demasiado y tratar de pegar sus genitales a las que estábamos en esa clase, las muchachas no decían nada, pero yo siempre me retiraba inmediatamente sin disimular y le dedicaba una mirada de enojo, eso sin duda le molestaba pero seguía insistiendo, era bastante desagradable y me daba una sensación de enojo, asco, impotencia, miedo, nervios, vergüenza y hasta culpa, quienes hayan pasado por una situación semejante creo entenderán.

Reprobé la materia y la tome de nuevo, para mi desgracia era el único maestro que la impartía y la historia se repitió.Presente examen de recuperación y que creen? pues en la lista aparecí como reprobada a pesar de todo mi esfuerzo, al preguntarle a mis compañeros sus respuestas yo juraba que no podía haber reprobado, pero con coraje pensaba la razón, el día del examen el maestro fue hasta mi lugar y se restregó sus partes en mi hombro disimuladamente pero yo no disimule mucho dándole un empujón con mi hombro dejandolo sorprendido y dolorido, se fue a sentar y me miraba con odio.

Teníamos que ir a su cubículo por los exámenes ya que era final de semestre y yo estaba aterrada, yo no le había dicho nada a nadie, como mencione antes tenia un montón de sentimientos dentro de mi que me estaban volviendo loca. Un amigo me vio sentada pensativa y agobiada y se sentó y me pregunto que tenia, cabe decir que era mi mejor amigo, el y su novia eran mi mayor apoyo en ese entonces, me conocia tan bien que no hubo manera de ocultarle lo que me pasaba y le conté todo, le dije que me aterraba la idea de estar sola con el tipejo en su cubículo y me tomo del brazo y me dijo vamos, yo no quería, me preocupaba que el se fuera a meter en problemas a causa mía, pero no hubo manera de evitar que me llevara al cubículo. El maestro lo miro con coraje cuando llegamos y le dijo que se fuera, el le dijo que no. le pregunte mi calificación y me dijo que había reprobado y que come era la segunda vez me expulsarían, mi amigo le dijo que queriamos ver el examen, el le dijo que no lo tenia que seguro lo había dejado con otras cosas en su casa. Mi amigo se molesto y le levanto la voz, yo le dije que nos fueramos porque faltaba poco para que mi amigo pasara a agredir físicamente al maestro y ya era suficiente con que me expulsaran a mi como para meter en problemas a mi amigo.

El tipo se salio con la suya, pero yo también, a pesar de todo no permití que el tipo abusara de mi como de las otras, mantuve mi dignidad intacta, ahora lo se, pero en ese entonces me sentía avergonzada y culpable y mas aun tenia el dolor de haber decepcionado a mis padres al perder dos años de mi vida y tener que empezar de nuevo la preparatoria, ni se diga del gasto que ellos hicieron en colegiaturas y pasajes, sin duda los abusadores no tienen ni idea de la cantidad de daño que dejan a su paso en pro de salirse con la suya.

Pase el trago amargo de decirles a mis padres que era una fracasada y empecé de nuevo en otra escuela donde fui feliz y nadie me acoso ni me ofendió nunca, pase con buenas calificaciones y tarde un buen en recuperarme animosamente, tenia insomnio, lloraba, no tenia a quien decirle nada, estoy segura que mis padres me hubieran apoyado pero en mi ignorancia o inocencia tenia miedo de que mi padre se metiera en problemas por mi culpa.

Como mencione antes era una gama de sentimientos:

Enojo: porque no tenia el valor de confrontarlo y exponerlo.

Asco.- que un viejo decrepito intentara restregar sus partes en mi cada vez que tuviera oportunidad

Impotencia.– de no poder defenderme y darle un escarmiento, deseaba con toda mi alma golpearlo

Miedo.- me asustaba terriblemente y evitaba cualquier sitio donde el estuviera, era aterrador.

Vergüenza.- es increíble que uno se sienta avergonzado cuando quienes deberían sentir vergüenza son ellos

Culpa.– Uno siempre se culpa, pensando que uno los provoco, cuando realmente no somos culpables del abuso de alguien que por tener poder nos quiera subyugar.

Cuando madure entendí, pero en esa época yo apenas estaba entrando en la adolescencia y mi época era diferente, hoy afortunadamente los jóvenes están mejor informados y son pocos los que callan.

El abuso no solo es físico, realmente es duro lo que pasa por nuestras mentes, el insomnio, el temor, la vergüenza y todos esos sentimientos que nos invaden son capaces de paralizarnos.

Y no es cuestión de genero, no solo las mujeres sufrimos de abusos, los varones también y podría aventurarme a decir que es aun mas difícil para ellos decirlo porque aun vivimos en una sociedad machista.

Hace poco vi sobre un joven argentino que a los 12 años 3 adultos abusaron sexualmente de el y apenas se atrevió a exponerlo y el dice que hay tantas cosas hermosas en su vida que el no puede disfrutar por el trauma que aun sufre y la impotencia de ver a sus violadores como si nada libres y el sentirse preso.

Lo único que puedo decir es que ojala que todas y todos tengan el valor de decir lo que les pasa a alguien y de detener cualquier acoso o abuso, que mayormente se presenta en nuestras escuelas, hogares, trabajos y por parte de gente que conocemos.Ojala que los padres, parejas, amigos nos crean, nos apoyen y no nos quieran echar la culpa pensando que nosotros provocamos las situaciones.

La violencia y abuso siempre van en aumento, incluso en la sociedad, en ese entonces no era tan común que nos golpearan, violaran y mataran como lo es hoy, pero claro que se daban casos y hoy día con las redes sociales es mas fácil enterarnos de la cantidad terriblemente alta de todo esto.

Solo puedo decir que cuando alguien te tenga la confianza de contarte que le esta sucediendo créele, sin duda hay casos de personas que mienten por dinero, por venganza, por celos, por crueldad hacia sus parejas o hacia alguien que no quiso hacer lo que ellos o ellas querían, pero en proporción serian los menos de los casos.

El abuso sexual y psicológico no es algo que solo sucede y se olvida, queda grabado en nuestras mentes y cuerpos por el resto de nuestros días.

Soledad en compañia

La soledad (del latín solĭtas, -ātis) es un estado de aislamiento en el cual un individuo se encuentra solo, sin acompañamiento de una persona o animal de compañía.

Hay momentos en que estar solo es necesario, debemos tener tiempo para pensar en un sin fin de cosas, analizar situaciones, tener calma, un poco de silencio, mucha paz y esto es sano y reconfontante.

Sin embargo,Somos seres sociables sin lugar a dudas, buscamos la compañía de manera natural. disfrutamos de la presencia de otras personas, vivimos en comunidades e interactuamos con nuestro entorno, vivir en sociedad nos provee de seguridad y protección y seguimos normas sociales, nos acercamos a personas con las que tenemos cosas en común, gustos musicales, de lectura, de ideas religiosas, de moda etc.

Es común formar una familia, pareja, hijos y demás familiares, formamos grupos de amigos incluso incluimos en nuestra vida a seres de otra especie como perros, gatos u otras mascotas.

La tecnología se ha convertido en un arma de doble filo, por un lado nos une a nuestros seres queridos que están lejos, nos ayuda a adquirir nuevos conocimientos, información, podemos viajar por el mundo y el universo sin movernos de nuestro hogar, bien utilizada nos provee de cosas que jamas imaginamos, entretenimiento, diversión, cultura e incluso de amor.

Por otro lado, esta misma tecnología ha logrado separarnos, aislarnos de quienes viven a nuestro lado, nuestros hijos, nuestros padres, nuestra pareja.

Es frustrante que te sientes a comer y la persona o personas con las que estas, realmente no están, levantas la vista de tu plato y la persona esta físicamente allí, pero su mente esta en otro lado, su mirada en un teléfono o computadora, tablet etc y no puedes entablar una conversación, no hay un qué tal tu día qué hiciste hoy Cómo te sientes y a veces comienzas una conversación y no escuchan ni una palabra de lo que dijiste.

Vas a la cama y sucede lo mismo, poco a poco se abre un abismo y te encuentras sola en compañía. No hay con quien hablar, no hay abrazos y la soledad crece. Entonces te conviertes en lo mismo y a falta de atención tomas tu teléfono o computadora y buscas que hacer, jugar, ver redes sociales en un intento de llenar ese vació.

La soledad es sana siempre y cuando te de paz, cuando la soledad te produce dolor, nostalgia, tristeza, sentimiento de abandono, entonces algo esta mal, tal vez las personas a tu alrededor si te dan atención, pero tu igual te sientes solo, ahí hay que poner especial atención, porque la ansiedad y la depresión pueden darte una falsa sensación de soledad y aquí mecesitas ayuda porque es peligroso.

haste algunas preguntas;

¿la gente me escucha cuando hablo?

¿se interesan por mis asuntos?

¿les da gusto verme y charlar conmigo?

¿me demuestran amor?

Si la respuesta es si, entonces pide consejo, ayuda, cuéntale a alguien como te sientes, porque esa situación te puede llevar a tomar decisiones que no se pueden remediar.

Disfruta tu soledad pero se cuidadoso, puedes volverte adicto a ella y si alguien te hace sentir solo en su compañía aléjate, porque nadie merece sentirse miserable, insignificante, minimizado, lo primero eres tu y la única persona en este mundo que te ama con locura eres tu.

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¿Corazón roto? Tylenol para el corazón

Hará unos tres años, tal vez un poco más, me rompieron el Corazón.

Generalmente he sido fría y cautelosa en mis relaciones, porque la primera vez que me rompieron el corazón, en mi adolescencia, fue bastante duro, tarde años en reponerme y pase momentos duros.

Cuando te rompen el corazón primero queda uno en shock, esa etapa donde no te cae el veinte, como se dice coloquialmente, después viene esa desesperación por saber que hicimos mal y siempre tenemos la tendencia de culparnos, después el llanto, el dolor, la tristeza, la añoranza, el extrañar y sentir realmente la ausencia de la persona que amamos.

La edad, nos vuelve más sabios, aunque hay gente que no siempre aprende.

Cuando me rompieron el corazón por segunda vez fue más duro, más tangible, más doloroso, más frustrante y aquí el sentimiento de culpa no fue de : que hice mal? sino de: como pude permitir que me pasara de nuevo?

Me dolía el corazón, mi estomago se encogió y no podía pasar bocado no podía respirar. El sentir el desamor provoco que mi ritmo cardiaco cambiara causando que el corazón se rompiera, es un dolor físico real, no es nuestra imaginación.

Pero siendo química pensé: es dolor físico, debo tomar algo para el dolor porque requiero aminorar esta tortura en la medida de lo posible y tome tylenol.

Tylenol para el corazón roto, bendita ciencia, ayuda y ayuda mucho, no vamos a dejar de pensar, no vamos a dejar de llorar, no vamos a dejar de sentir soledad, angustia y tristeza, pero el dolor del corazón sera menor, ese dolor físico es real y es lo que podemos tratar.

No resolverá tus crisis existenciales, ni resolverá las cuestiones por las que la otra persona te lastimó, pero si ayudará a que puedas pasar este momento tan duro sin tanto dolor físico, para el alma triste no hay nada, tendremos que pasar todas las etapas de duelo por la pérdida, pero al menos el dolor físico no sera tan duro.

No solo una pareja nos rompe el corazón, a veces un amigo (a), un hijo (a), un familiar (a) etc. son quienes nos dejan rotos, pero al menos podremos tomar tylenol para el corazón.

Sin embargo el tylenol solo ayuda con el dolor físico, pero debemos lidiar con las etapas de una perdida amorosa. Algunos dicen que son 5 otros que 7, cuestión de enfoques, en mi experiencia trataré de enumerarlos.

Desde mi punto de vista muy personal la primera etapa es:

Negación: en esta etapa quedamos en estado de shock, como se dice coloquialmente, no nos cae el veinte, no podemos creer lo que está pasando, escuchamos las palabras como si no fueran dirigidas hacia nosotros e incluso, en algunos casos, fingimos que no pasó nada.

Enojo: Cuando por fin asumimos lo que nos está pasando nos enojamos, a veces con nosotros mismos, a veces con la otra persona e incluso con las cosas o personas externas, Nos sentimos extremadamente frustrados y desesperados, hay que tener cuidado porque aquí es cuando hay mucha violencia, golpes, ofensas e incluso hasta agresión física.

Depresión: aquí ya entendimos que todo se acabo, que la ruptura no tiene vuelta atrás y lloramos y seguimos llorando y perdemos el apetito, tenemos insomnio, no queremos ir a trabajar o a la escuela, no queremos ver a nadie, nada de lo que hacíamos y disfrutábamos nos importa y entramos en depresión y seguimos llorando.

Aceptación: pero nada es eterno, ni siquiera el dolor, poco a poco conseguimos seguir, poco a poco empezamos a dejar atrás las lagrimas y la tristeza y comenzamos a ver las cosas de manera más objetiva.Vemos que la vida continua y nos empezamos a sacudir todos los fantasmas de la relación, meditamos y aquí podemos ver cosas que en su momento no vimos, pequeñas señales de que algo iba mal y que no le dimos importancia en su momento, dejamos de culparnos y culpar y entendemos que cada uno contribuyo un poco o aceptamos que nuestra pareja simplemente no nos quería y solo eramos un pasatiempo,según sea el caso.

Por último pero muy importante, que debemos hacer para superar un corazón roto?

No es fácil, pero pasara, hay que decirnos esto frecuentemente, convencernos a nosotros mismos, llora lo que necesites llorar, enojate lo que te tengas que enojar, para sanar hay que pasar por eso, cada quien es distinto y cada quien tarda más o menos.

Piensa, medita que pasò, analiza la relación, no para culparte o culpar, pero si para aprender de los errores, preguntate que señales no viste o pasaste por alto, que situaciones permitiste que no debiste permitir, que detalles negativos se fueron acumulando, se objetiva, no te culpes, somos responsables de nuestras acciones y debemos asumir esa responsabilidad, pero no somos responsables de lo que hagan los demás.

Date tiempo, no corras de una relación a otra, eso no te cura, si no has sanado le llevaras a una persona que ni la debe ni la teme todas esas heridas, cuidate, mirate en el espejo y siéntete bien, retoma las cosas que dejaste de hacer, porque la mayoría de las veces dejamos de hacer cosas o de ver a nuestras amistades o familia por la persona con la que estábamos, dedicate tiempo, disfruta tu soledad y pasa tiempo con las personas que amas y contigo misma y con base en lo que aprendiste podras iniciar alguna relación sin buscarla, simplemente llegará.

No te amarges, no todos los hombres ni todas las mujeres son iguales, siempre hay alguien por allí que serà agradable y aportará algo a tu vida, pero mantente alerta para no caer en lo mismo, ya sea una relación tóxica o una relación abusiva, la finalidad de estar en pareja es para disfrutar, para ser un equipo, para tener y dar apoyo, amor, respeto, cariño, serenidad, si no es así, entonces no vale la pena.

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